Xavier Gisbert da Cruz
Artículo publicado en ANUARIO-02 - FSIE-Madrid

Entre opiniones variadas, unas a favor y otras en contra de la enseñanza bilingüe en general y sobre determinados programas en particular, han transcurrido casi tres lustros a lo largo de los cuales todas las administraciones educativas de nuestro país han puesto en marcha algún programa de enseñanza bilingüe en sus territorios de gestión. Tiempo suficiente para hacer, no un balance, pero sí un primer análisis de la evolución de la enseñanza bilingüe en España.

En términos generales, el salto hacia adelante en materia lingüística ha sido considerable en un período de tiempo relativamente corto, pero no todas las administraciones han diseñado y desarrollado modelos que aseguren una correcta adquisición de las enseñanzas básicas. La obsesión de muchos políticos, por diversas razones -ideológicas, afán de protagonismo, deseo de poner en marcha un modelo propio- ha conducido a la existencia de 18 modelos diferentes de enseñanza bilingüe en nuestro país, uno por comunidad autónoma más el del Ministerio de Educación para Ceuta y Melilla.

Este desarrollo descontrolado tanto en tiempos como en enfoques, desarrollos y recursos se ha visto acompañado, sin duda por desconocimiento, de un uso abusivo de una terminología errónea. El término “bilingüismo” se ha adueñado del discurso político primero y social después, sumiendo a la enseñanza bilingüe en un mar de confusión en el que resulta muy complicado navegar. Hoy en día todo es “bilingüismo” cuando en realidad nada es bilingüismo. No hay bilingüismo en el sistema educativo de las comunidades monolingües. Sin embargo se habla de profesores bilingües, de alumnos bilingües, de bilingüismo en infantil, de bilingüismo en formación profesional, como si la introducción de algunas enseñanzas en inglés produjera efectos milagrosos.

Ya sea por ignorancia o por interés, esto ha contribuido a generar falsas expectativas en las familias por un lado y por otro a alimentar las críticas de ciertos sectores sirviéndoles en bandeja argumentos que manejan con habilidad.

La sustitución de “enseñanza bilingüe” por “bilingüismo” ha provocado que una gran parte de la sociedad crea que el objetivo de un programa bilingüe es convertir en bilingües a los alumnos. Y nada más lejos de la realidad. Los alumnos que reciban enseñanzas en los llamados programas bilingües adquirirán un determinado nivel de competencia lingüística en función del modelo que se les haya ofrecido y de su calidad. El verdadero objetivo es que cursen sus enseñanzas obligatorias en las mejores condiciones y que además adquieran un elevado nivel lingüístico en el idioma elegido.
Si, por ejemplo, el número de horas de enseñanza en inglés o el nivel lingüístico de los docentes es insuficiente, los alumnos no solamente no alcanzarán un buen nivel en ese idioma sino que tampoco adquirirán los conocimientos básicos necesarios. La enseñanza bilingüe es algo muy serio puesto que lo que se pone en juego no es solamente el aprendizaje de un idioma sino el de los contenidos de la educación básica que todos los alumnos deben adquirir.

La gran diversidad de programas existentes contribuye poco a una valoración global de la enseñanza bilingüe en nuestro país, aunque sí permite realizar comparaciones entre modelos y programas. Y los primeros datos recogidos por la Asociación Enseñanza Bilingüe dibujan un escenario complejo, preocupante y con un amplio margen de mejora. Existen demasiadas diferencias entre las Comunidades Autónomas, diferencias que afectan a aspectos nucleares de los programas como pueden ser el modelo, la implementación, los recursos, los profesores, o las enseñanzas.

La impresión que se recoge y es que existe un gran interés por parte de las familias en que sus hijos reciban enseñanzas bilingües. Sin embargo, del análisis de los distintos programas, la sensación que se percibe es que muchas administraciones tratan de atender esa demanda, pero sin la suficiente implicación. El nivel de delegación de responsabilidades a los centros es tal, que en algunos casos el papel de la administración se limita al de mero intermediario, lo que le permite beneficiarse de los réditos que pueda producir y desvincularse de fracasos o de escasos resultados.

Estos planteamientos, que afectan de manera directa a los centros públicos, apenas tienen impacto en los concertados y privados que, provistos de mayor autonomía y sujetos a un claro proceso de rendición de cuentas disponen, dentro del marco fijado por cada administración educativa, de una mayor capacidad para incidir en la mejora de los programas que ofrecen. Aquí, la demanda y el nivel de satisfacción de los padres juegan un papel decisivo. Aún así, en todos los ámbitos y sectores es preciso seguir trabajando para mejorar la calidad de la enseñanza bilingüe.

Desde la Asociación Enseñanza Bilingüe, que tiene entre sus principales objetivos actuar como observatorio de la enseñanza bilingüe en España, promover un marco nacional de enseñanza bilingüe y contribuir a la mejora de todos los programas que se desarrollen en nuestro país, creemos que es hora de pasar a la acción. Es preciso replantear, reordenar y reorientar las políticas en materia de enseñanza bilingüe de muchas administraciones educativas y para ello es absolutamente necesario abrir al debate todos y cada uno de los temas susceptibles de ser mejorados. Solo un debate serio permitirá analizar los problemas que la aplicación y el desarrollo de los distintos programas de enseñanza bilingüe ponen de manifiesto. Solo un debate serio permitirá encontrar la mejor solución posible a cada uno de ellos. Solo un debate serio permitirá trasladar a las familias una información adecuada para que puedan no solamente acertar en la elección de educación que desean para sus hijos sino también exigir una enseñanza bilingüe de calidad. Solo un debate serio permitirá a los profesores reafirmar su convencimiento por este tipo de enseñanza y sentirse respaldados en su labor. Solo un debate serio permitirá reducir e incluso eliminar las crecientes críticas que, desde ciertos sectores, buscan eliminar la enseñanza bilingüe de nuestro sistema educativo. Solo un debate serio permitirá que algunas administraciones educativas se planteen la enseñanza bilingüe como un objetivo exclusivamente educativo y no político. En fin, solo un debate serio permitirá la mejora de la enseñanza bilingüe en España. ¿Te apuntas? www.ebspain.es

Xavier Gisbert da Cruz es Presidente de la Asociación Enseñanza Bilingüe